lunes, 10 de julio de 2006

Birmania. El paragüero

En este país no existe la cultura consumista de usar y tirar, y todo se arregla. Nada se tira. Por eso llevamos nuestro paraguas al paragüero, para que nos arreglara una de las varillas.
Pese a que Yangón tiene 5 millones de habitantes, el ver a dos extranjeros por las calles sigue causando mucha expectación. Quizá porque la mayoría de los turistas pasa allí sólo un par de días, hay mucha gente que no está acostumbrada a ver a occidentales y te mira, te sonríe o te detiene para charlar.
Mientras nos arreglaba el paraguas, el paragüero llamó a sus amigos para que nos vieran, y se formó un pequeño remolino a nuestro alrededor. En ese momento nos pareció algo muy divertido y extraño. Luego nos dimos cuenta de que, en este país, situaciones como esa se repiten una y otra vez todos los días.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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