Chile. Desierto de Atacama
Nos encontramos en el desierto de Atacama. Hemos alquilado un coche negro y damos vueltas de acá para allá, devorando kilómetros (ya llevamos casi 3000) y derritiendo el asfalto a nuestro paso.
Los paisajes son tan inmensos como impresionantes, no así las (pocas) ciudades, que no destacan por su belleza.
El otro día fuimos a parar a Tocopilla, uno de esos lugares a los que no querrías ir a vivir ni aunque te pagaran el sueldo de Ronaldinho. El principal “atractivo” de la ciudad es una monstruosa central termoeléctrica que está plantada en medio de la costa, impidiendo que la gente de esta población, que está rodeada de desierto, tenga al menos una playita donde irse a bañar. Esta central surte de energía a la mina de Chuquicamata, la mayor del mundo a cielo abierto.
Escoltando a la central se divisan gran cantidad de chabolas y casas precarias que te hacen preguntarte a dónde van a parar las grandes cantidades de divisas que genera la minería en Chile.
Conducimos entre Tocopilla e Iquique por una espectacular carretera que sigue la línea de la costa. Así descubrimos que, en estas latitudes, los Andes no van a dar directamente al mar, sino que existe otra cordillera distinta, de unos 1500 metros de altitud, literalmente pegada a la costa. A continuación, a unos 2000 metros de altitud, se encuentra una plataforma dividida por otra cordillera (la de Domeyko, de unos 3500 metros de promedio) y después están los Andes, con picos que rebasan fácilmente los 5000 e incluso 6000 metros.
La cordillera de la costa.
El desierto llega hasta el mar.
Pilar preparando un bocata con la cordillera a la espalda.
Un paredón imponente nos acompaña durante cientos de kilómetros.
Durante el trayecto nos cruzamos con varios asentamientos que no sabríamos cómo calificar. No llegan a ser pueblos, pues no figuran en los mapas, ni tienen calles trazadas, ni plazas, ni bares, ni tiendas, ni alumbrado público… son extraños lugares en medio de inmensas playas, con casas de madera que parecen provisionales y que recuerdan a los poblados de la fiebre del oro. Tampoco sabemos de qué vive esta gente. Quizás sean pescadores, pero no hay embarcaderos ni se divisan barcas por la costa. En una región donde lo que más abunda es la nada, sólo se te ocurre pensar que la gente no se puede dedicar a nada…
No es un espejismo, es el poblado de Caleta Urco.
Caleta Urco.
En el norte de Chile existe una zona franca libre de impuestos. Para controlar el flujo de mercancía entre la zona libre de impuestos y el resto del país, se ha creado una frontera interna entre la región I y la II, situada en medio de la más absoluta nada del desierto.
Puesto fronterizo entre las regiones I y II.
El desierto de Atacama es uno de los más áridos del mundo. Lo más parecido que ha habido al agua por aquí últimamente fueron nuestras lágrimas cuando nos quedamos sin batería por dejarnos las luces encendidas.
En los alrededores del oasis de Pica. Arena para aburrir.
5 comentarios:
hola
acabo de conoceros en la visita a la mina de chuquicamata. os escribo desde el aerpuerto de calama mientras espero el avion para santiago. suerte en iguazu!
SANTIAGO Y ARANTXA
Todo lo que nos trasladan vuestros ojos y vuestra visión de las cosas me parece tan interesante...
!pero mira que no cuidar las luces!
Beso.M.
saludos de la triste y contaminada ciudad de Tocopilla,he visto su pagina las fotos son hermosisimas,los poblados que ustedes encontraron en su camino por Tocopilla e Iquique despues de pasar por el Tunel Pedro Galleguillos ..como caleta Urco,etc.. son lugares de Veraneo que acude gente desde chuquicamata,Calama Y Tocopilla a pasar los dias calurosos.
alli tienen sus cabañas que quedan solas hasta que se presenten dias de vacaciones.
desde chile saludos.
Que lastima que Tocopilla este asi,
yo naci y vivi mis primeros anos ahi cuando estaban los americanos con la Chilex exploration company,
era hermoso , limpio y prospero, se fueron los americanos , y ya ven el resultado, aun como describes ese pequeno lugar hoy, tengo los mejores recuerdos y lo quiero.
Mary. USA.
Tú dices "Escoltando a la central se divisan gran cantidad de chabolas y casas precarias que te hacen preguntarte a dónde van a parar las grandes cantidades de divisas que genera la minería en Chile."
Yo te respondo: el dinero va a parar a SANTIAGO, la Capital. Maldito centralismo.
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