miércoles, 21 de febrero de 2007

Nueva Zelanda. Lago Rotoiti

Hace unos años mi padre me regaló una fotocomposición que había realizado mientras trasteaba con el ordenador. Estaba formada por dos fotos superpuestas: por un lado, una fotografía de cuando yo era pequeño, en los jardines de La Granja. Por otra parte, un embarcadero idílico y brumoso en un lago rodeado de montañas. No tenía ni idea de en qué lugar del mundo podría estar ese lugar.
Cuando estábamos en la isla sur de Nueva Zelanda, mientras hojeábamos un libro de fotografías espectaculares del país, nos topamos con el embarcadero que mi padre había utilizado para su composición.
No entraba en nuestros planes pasar por allí, pero cambiamos nuestro recorrido e hicimos unos cuantos cientos de kilómetros para acercarnos a conocer aquel lugar. Es una de las ventajas de viajar sin prisas ni ataduras. Allí estuvimos media hora, bajo la lluvia y el frío, intentando repetir una fotografía similar a la composición que recordábamos que hizo mi padre.

20061022_pro1_1529-e

Después, para aprovechar el viaje, estuvimos caminando por la orilla del lago, en lo que resultó ser uno de los bosques más bonitos que hemos visto en nuestra vida.

20061022_pro1_1441-e
Lago Rotoiti. Parque Nacional Nelson Lakes. Nueva Zelanda

1 comentario:

Anónimo dijo...

Seguro que en esa foto que te hizo J. ya tenías atado el extremo del hilo del que luego has ido tirando para hacer este viaje.Beso.M.